28 may 2014

La magia del etnógrafo.


La magia del etnógrafo es cuando el antropólogo transforma toda la masa caótica de datos que se observan y de datos hablados en un discurso coherente y con unidad. ¿Y cómo lo consigue? Mediante un proceso de elaboración de datos con las siguientes etapas:
1. Describir. Se trata de una descripción densa, concepto del antropólogo Geertz y que ya explicamos en http://bit.ly/1pomeLi. Se trata de describir qué hacen los sujetos, qué dicen que hacen –lo que significa eso– y con qué intención lo hacen.
2. Traducir. Todo grupo –colectivo, empresa, barrio, etc.– tiene su (sub)cultura que el antropólogo debe traducir. Esta traducción posee los siguientes niveles:
1º) Comparar la lógica cultural del grupo con la del antropólogo.
2º) Ordenar en secuencia un conjunto de comportamientos ya analizados.
3º) Usar figuras retóricas para hacer comprensible estados de ánimo y ambientes.
4º) Captar el contexto.
5º) Utilizar los tecnicismos de la Antropología –ritual, símbolo, grupo social, interacción, etc.– en la traducción.
3. Explicar. Se puede utilizar o bien explicaciones causales, esto es, de causa-efecto, o bien explicaciones basadas en la probabilidad.
4. Interpretar.  Para interpretar debemos, principalmente, seguir estos puntos: identificar temas; vincularlos –relacionarlos–; exponer las reglas que siguen; exponer sus estructuras de significación –valores que los orientan–; etc.
En definitiva, la magia del etnógrafo se centra en relacionar y dar coherencia todos los datos cualitativos analizados previamente, y prepararlos para redactarlos en la monografía etnográfica.

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